Si no confiaramos en este camino desconocido, parecería que aún creemos que somos nosotros quienes estamos a cargo de nuestro destino. Y de ese modo, interferiríamos hacia dónde ya nos conduce nuestra alma.
En la profunda tristeza de la vida, aún siento la Belleza de todo. En el éxtasis de la gloria del amor, aún recuerdo lo terrible de la existencia.
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