Categoría: Lírica

Queremos una casa para los dos. Ella un piso céntrico con cuadros cubistas y marcos dorados sobre las paredes de color ocre suave. Sillón de terciopelo carmín. Una alfombra gruesa de lana beige en medio de una sala espaciosa. Una habitación para cada niño, según nuestro deseo consensuado. Tendremos al primero en un año y…
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Nadie quiere sonreír a mi alrededor. Todo el mundo en la cafetería está ocupado en posponer un asunto, en olvidar el sueño del corazón inmediato, en soterrar los planes futuros, en despedirlo todo mediante besos mejilla a mejilla. No voy al parque a pasear. No voy al cine con un amor pasajero. No tengo ganas…
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Los secretos enferman a toda la familia Bert Hellinger La sensación de fondo en el estómago, ca-ta-nia, no debería comer más dulce, cuanta falta, estoy buscando un secreto para no contarlo, azul y gris, sobre todo no quiero hacer mala letra, escribir algo que se vea natural, no bien escrito  – la llama de un…
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Observa como esa linea vertical une sus dos mitades, mientras todas las lineas horizontales de los labios, del pliegue de sus axilas húmedas, de cada ingle, de todas las falanges de los dedos, se tensan estirando los lados de cada segmento, uniéndose entre sí, en una lucha por compensar el deseo de la linea vertical.…
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Sobre el mar llueve. Calma. Bajo la superficie una inmensidad de corrientes luchan por sostener las olas. Quietud. Ella se levanta habiendo dejado el vestido perfectamente planchado antes de acostarse. Para vestirse sigue un orden riguroso: Saber lo que quiere mostrar. Saber lo que quiere ocultar. Bajo el vestido una inmensidad de corrientes que luchan…
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Yo percibo algo que me agrada y deseo. Yo percibo algo que me desagrada y rechazo. Y hago balances de cuanto queda en mi haber.

Si no te veo, si no te conozco, te imagino.

Si pudiera cambiar el mundo no lo haría: Sólo abriría el corazón de los hombres.

Uno siempre se enamora con el corazón de un niño. Se enamora de nuevo, con el anhelo de completarse. Detener la palabra un segundo antes del labio, un segundo antes de la voracidad compartida, un segundo antes del corazón del otro, para que haya por lo menos un pájaro que puede prescindir de todo nido.…
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Ningún concepto sobre mí me permite reconocer quien soy. Uno es lo que siente, no lo que piensa.